17/8/09

Energía vs. Bienestar


El consumo de energía por habitante constituye uno de los indicadores más certeros del grado de desarrollo económico y bienestar de una sociedad. De hecho, la demanda energética de un país mantiene una relación bastante directa con su Producto Interior Bruto, su nivel de industrialización y el nivel de vida alcanzado por sus habitantes.

Históricamente también existen evidencias de la relación entre el desarrollo económico y el consumo energético. Así, un país en el que originalmente predominan las actividades primarias (agricultura, ganadería y pesca) y artesanales presenta un consumo de energía bajo, mientras que en ese mismo país, a medida que crece la población y aumenta el nivel de vida, ganan importancia la industria y el sector transporte, ambos demandantes de una gran cantidad de energía. La creciente mecanización de todas las actividades, incluidas las domésticas, también pone de manifiesto la importancia de la energía.

Los datos también muestran signos claros: Europa y Rusia juntas tienen una población muy parecida a la de África, y sin embargo los primeros consumen casi diez veces más energía. Es más, el 20% de la población mundial disfruta del 80% de la energía consumida a nivel global. En algunas sociedades la energía se derrocha, mientras que en otras ni siquiera existe un suministro eléctrico estable, y este contraste en los consumos guarda una estrecha relación con los contrastados niveles de bienestar social.

1 comentarios:

josemanuelerre dijo...

Realmente el mundo está muy mal repartido, es injusto que el sistema funcione a costa de los más desfavorecidos.