5/9/09

Guerra y Paz


Si nos paramos a pensar, es posible encontrar un cierto paralelismo entre fomentar la guerra y fomentar el crecimiento demográfico. Ambas medidas pueden resultar muy provechosas para determinadas esferas, pero también extremadamente costosas para el resto de la gente.

La guerra es el negocio del estamento militar. El objetivo es muy sencillo de entender, pues consiste simplemente en acabar con el contrario, y tras esto uno puede celebrar una fiesta, ponerse una medalla y prepararse para la siguiente guerra.
De forma análoga, el crecimiento demográfico es el negocio del estamento estatal. En este caso el objetivo de una comunidad es vencer a las comunidades competidoras y convertirse en el lugar elegido por las nuevas fábricas, empresas y negocios. Así, cuando una factoría se instala en una comunidad -acontecimiento digno de celebración- se procede al reparto de premios y se vuelve a la lucha por conseguir más negocios.

La paz es muy diferente, y ni las mentes más brillantes tienen claro en qué consiste. En el esfuerzo por conseguirla no se puede llegar a un punto donde se diga que se ha ganado la paz y se pueda celebrar con una fiesta, pues ganar la paz requiere una vigilancia permanente.
Proteger el medio ambiente de los estragos causados por el crecimiento de la población resulta ser básicamente lo mismo. No es una cuestión trivial, no hay muchos organismos que se ocupen de esta tarea, y aunque uno pueda evitar un impacto determinado sobre el medio ambiente, se requiere una vigilancia constante sobre todos los individuos. Tampoco existe un momento final en el que uno pueda celebrar la salvación del medio ambiente.

3 comentarios:

Emilienko dijo...

Es un símil muy bonito y muy docente.

Me da hasta cosa preguntarte si se te ha ocurrido a ti o si lo has sacado de tu bibliografía.

Sergio dijo...

Hoy has rozado el pensamiento filosófico. Buen enfoque.

Jorge Fdez. dijo...

La idea está extraída de bibliografía. Yo tan creativo no soy :-p