15/10/10

Blog Action Day 2010 AGUA



El ciclo del agua es extremadamente complejo y su mantenimiento requiere atender a múltiples cuestiones, que no se limitan a la mera vigilancia de la calidad de las aguas. Es preciso tener en cuenta simultáneamente factores como la integridad de los ecosistemas híbridos, la biodiversidad, y muchas variables físicas y químicas.

Son numerosas las perturbaciones inducidas en el medio hídrico por el hombre:

- Deterioros en la calidad del agua, acidificación, contaminación difusa.
- Transferencia de especies por trasvase.
- Extinción de especies, variaciones de las masas piscícolas.
- Alteraciones infraestructurales (embalses, canales, trasvases).
- Deforestación y cambio de uso en los entornos fluviales.
- Cambio Climático.

El objetivo de una aproximación consciente a los problemas del agua es, ante todo, armonizar la relación hombre-agua, procurando relajar las extensas y contradictorias solicitaciones que el hombre demanda de su medio hídrico. El análisis detenido de la situación arroja una problemática con tres aspectos fundamentales:

La escasez del recurso. En este apartado puede englobarse un problema complementario: la sobreabundancia episódica del agua. En definitiva, su descontrol y, en última instancia, la eutrofización debida al incremento de los arrastres fluviales.

La contaminación y los trastornos medioambientales asociados. Por sus efectos sobre la salud pública, la agricultura y el entorno, esta problemática es de especial importancia. En este apartado cabe señalar también la contaminación térmica, es decir, el calentamiento de ríos y lagos debido a vertidos industriales y otras causas, así como la lluvia ácida provocada por las emisiones de óxidos de azufre y nitrógeno.

El desconocimiento sobre el recurso y la falta de datos. Lo que se sabe acerca de las interacciones entre el agua y el medio físico es muy limitado. Hay innumerables cuestiones mal conocidas, por ejemplo en cuanto a la regeneración espontánea del agua en ríos y acuíferos, o en la evaluación de existencias subterráneas.

La complejidad de esta problemática, que localmente puede agravarse por sinergia, obliga a una importante coordinación de esfuerzos. De lo anterior se puede intuir la magnitud del esfuerzo que debe absorber a ciudadanos, empresarios, científicos y políticos para acometer con eficacia la armonización del sector del agua. En el caso de recursos como éste, de carácter estratégico para el desarrollo social, la salud pública y el mantenimiento de la biodiversidad, el mercado por sí solo no puede asegurar las respuestas automáticas a nuestras necesidades. Es por ello esencial una labor conjunta de los distintos agentes sociales involucrados para evitar que el forcejeo inevitable entre las diferentes posturas resulte en detrimento del interés común.

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